Salmos 22

Un Salmo de Sufrimiento y Liberación, Prediciendo la Agonía y el Triunfo del Mesías.

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2 Dios mío, clamo de día, y no oyes; y de noche, y no hay para mí silencio.
3 Tú empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.
4 En ti esperaron nuestros padres: esperaron, y tú los libraste.
5 Clamaron á ti, y fueron librados: esperaron en ti, y no se avergonzaron.
6 Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.
8 Remítese á Jehová, líbrelo; sálvele, puesto que en él se complacía.
11 No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.
12 Hanme rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
13 Abrieron sobre mí su boca, como león rapante y rugiente.
17 Contar puedo todos mis huesos; ellos miran, considéranme.
18 Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
19 Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.
20 Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi única.
22 Anunciaré tu nombre á mis hermanos: en medio de la congregación te alabaré.
28 Porque de Jehová es el reino; y él se enseñoreará de las gentes.
30 La posteridad le servirá; será ella contada por una generación de Jehová.
31 Vendrán, y anunciarán al pueblo que naciere, su justicia que él hizo.