Proverbios 30

Los Dichos de Agur: Sabiduría, Humildad y Observaciones de la Vida

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2 Ciertamente más rudo soy yo que ninguno, ni tengo entendimiento de hombre.
3 Yo ni aprendí sabiduría, ni conozco la ciencia del Santo.
5 Toda palabra de Dios es limpia; es escudo á los que en él esperan.
6 No añadas á sus palabras, porque no te reprenda, y seas hallado mentiroso.
7 Dos cosas te he demandado; no me las niegues antes que muera.
10 No acuses al siervo ante su señor, porque no te maldiga, y peques.
11 Hay generación que maldice á su padre, y á su madre no bendice.
12 Hay generación limpia en su opinión, si bien no se ha limpiado su inmundicia.
13 Hay generación cuyos ojos son altivos, y cuyos párpados son alzados.
18 Tres cosas me son ocultas; aun tampoco sé la cuarta:
21 Por tres cosas se alborota la tierra, y la cuarta no puede sufrir:
22 Por el siervo cuando reinare; y por el necio cuando se hartare de pan;
23 Por la aborrecida cuando se casare; y por la sierva cuando heredare á su señora.
25 Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan su comida;
26 Los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra;
27 Las langostas, no tienen rey, y salen todas acuadrilladas;
28 La araña, ase con las manos, y está en palacios de rey.
29 Tres cosas hay de hermoso andar, y la cuarta pasea muy bien:
30 El león, fuerte entre todos los animales, que no torna atrás por nadie;
32 Si caiste, fué porque te enalteciste; y si mal pensaste, pon el dedo sobre la boca.